Cerrarpodrá mis ojos la postrera. sombra que me llevare el blanco día, y podrá desatar esta alma mía. hora a su afán ansioso lisonjera; mas no de esotra parte en la ribera. dejará la memoria, en donde ardía; nadar sabe mi llama la agua fría, y perder el respeto a ley severa. Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
Franciscode Quevedo (2 poemas) Amor constante más allá de la muerte Cerrar podrá mis ojos la postrera Sombra que me llevare el blanco día, Y podrá desatar esta alma mía Hora, a su afán ansioso lisonjera; Más no de esotra parte en la ribera Dejará la memoria, en donde ardía: Nadar sabe mi llama el agua fría, Y perder el respeto a ley
Cerrarpodrá mis ojos la postrera sombra que me llevare el blanco día, y podrá desatar esta alma mía hora a su afán ansioso lisonjera; mas no, de esotra parte, en la ribera,
Cerrarpodrá mis ojos la postrera: sombra que me llevare el blanco día, y podrá desatar esta alma mía: hora a su afán ansioso lisonjera; mas no, de esa otra parte, en la
Cerrarpodrá mis ojos la postrera sombra, que me llevaré el blanco día; y podrá desatar esta alma mía hora, a su afán ansioso linsojera; mas no de esotra parte en la
Cerrarpodrá mis ojos la postrera Sombra que me llevare el blanco día, Y podrá desatar esta alma mía Hora a su afán ansioso lisonjera; Mas no, de esotra parte, en la
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cerrar podra mis ojos postrera sombra me llevare blanco dia